Recorriendo Gili Trawangan en bicicleta

Excursión a Gili Trawangan

Miércoles 27 Julio 2016 – Gili Trawangan en bicicleta

Después de nuestro primer día completo en Gili Air, nos despertamos de nuevo en nuestra preciosa cabaña para empezar un nuevo día, el día de hoy lo íbamos a dedicar a recorrer Gili Trawangan en bicicleta.

Día 19. De Gili Air a Trawangan – Recorrido Gili Trawangan en bicicleta – Villa Privada en Gili Air

Desayunamos en la terraza de The Waterfront Restaurant y nos pusimos los bañadores para ir hacia el puerto, donde teníamos que coger el bote hacia Gili Trawangan.

Ferry hacia Gili Trawangan

El ferry desde Gili Air a Gili Trawangan salía a las 8:30 de la mañana y tardaba entre 30 y 40 minutos, haciendo parada en Gili Meno. El precio es de 40mil rupias (2,80 Euros).

El barco se llena de gente que va hacia las otras dos islas.

Primero hace parada en Gili Meno donde se baja y sube gente, y la siguiente parada ya es Trawangan.

Nada más llegar a Trawangan nos damos cuenta que está más masificada que Gili Air, sobre todo en esta parte del puerto donde hay muchos bares y gente.

Alquiler Bicicletas

Lo primero que hicimos fue buscar unas bicicletas de alquiler.

Si el plan del día era recorrer Gili Trawangan en bicicleta, nos faltaban las bicis ¿no?

Después de preguntar en varios sitios, alquilamos unas bicis por 40mil rupias (2,80 Euros) todo el día.

¡¡Y allá que fuimos a recorrer la isla Gili Trawangan en bicicleta!!

Os exijo que alquiléis bicis y recorráis estas islas porque es super divertido.

Íbamos pedaleando viendo el mar a un lado y descubriendo muchos lugares con encanto.

Una sensación de libertad y felicidad máxima. Como Verano Azul cuando éramos pequeños 😉

No había nada de qué preocuparse, estábamos felices, sólo estábamos nosotros, los dos y las islas Gili…

Hay que aprovechar estos momentos porque son únicos.

Esta foto me costó un pequeño mosqueo porque dejé la cámara en una piedra y teníamos que ir pasando con las bicis, pero quedó muy mona ¿verdad? 😉

Ruta de los columpios en Gili Trawangan

Cuando llegamos a la zona opuesta al puerto, comienza la verdadera fiesta, comienza la Ruta de los Columpios.

Una auténtica maravilla para nosotras, pero un verdadero suplicio para ellos porque nos volvemos completamente locas, y tienen que aguantarnos claro.

Os dejamos el mapa de la Ruta del columpio:

The Exile

El primero que encontramos fue este columpio de troncos de madera en el hotel The Exile.

Nada más verlo tuve que bajar de la bici, la aparqué y me fui loca hacia la playa.

Nos hicimos unas cuantas fotos en su bonito columpio.

Normalmente hay una hamaca en la otra parte del columpio pero ese día no estaba.

Ombak sunset

El siguiente punto es el hotel Ombak Sunset.

Estos columpios son lo más famosos de las Gili y de Indonesia. Tienes columpio doble y columpio individual.

Por si tu novio o marido aún no estaba cansado de tanto columpio, aquí seguro que comienza a estarlo porque querrás hacerte la foto con él en el columpio doble y después tu sola en el individual.

Si sólo fuera eso. También nos hacemos la foto de espalda, de cara, sentados, de pie…

Los que habéis estado seguro que me entendéis 😉

Para contentar un poco a Andrés, descansamos tomándonos unas cervezas en el bar del hotel.

Pandawa

Después de descansar un poco cerveza fresca en mano, proseguimos nuestro recorrido por Gili Trawangan en bicicleta.

El siguiente hotel donde encontramos un columpio muy chulo es Pandawa.

Lo vi y quise parar, pero Andrés ya no me dejó. Se enfadó un poquito y muy a pesar, tuve que seguir pedaleando.

Ahora lo pienso y me arrepiento, tenía que haber parado 😉

¡¡La ruta de los columpios no puede ser más chula!!

Cuando por fin llegamos a Le Pirate, bajé super feliz de la bici con un subidón máximo después de todos los columpios que habíamos visitado.

Hay que ser feliz siempre, pero con un columpio es mucho más fácil 😉

¡¡Ya estábamos en Le Pirate!!

Comida en Le Pirate

¡¡Este hotel es super chulo!! Casitas de madera blancas y mint, palmeras, piscinas, cine de verano, bar, volley y muchas hamacas. Todo buen rollero y de color mint. ¡¡Mi sueño!!

Estuvimos un rato en el bar de la playa, tomando cervezas en las hamacas y en las tumbonas.

Desde allí divisé otro columpio en el agua, pero Andrés tampoco quiso venir, creo que ya tenía suficientes columpios hasta el verano siguiente 😉

Después de relajarnos en las hamacas, nos fuimos al restaurante donde nos comimos unas hamburguesas muy buenas por 200mil rupias (14 Euros).
Y de allí, más relax en la piscina.

Estábamos muy a gustito, pero llegaba la hora de irnos ya que el barco de vuelta a Gili Air salía a las 16:00 y teníamos que recorrer el resto de Gili Trawangan en bicicleta hasta el puerto.

Nota:

Esta zona de Trawangan no está tan masificada como la zona del puerto y es ideal para alojarse y disfrutar de sus columpios.

Gili Trawangan en bicicleta

Recorrimos el tramo desde Le Pirate hasta el puerto en bicicleta y fue tan divertido.

Me encantó esa sensación de libertad y de felicidad máxima pedaleando con nuestras destartaladas bicis.

En esta parte hay tramos donde la arena de la playa te impide pedalear, por lo que tienes que bajarte de la bici y andar un poco.

Cuando llegamos al puerto, compramos los tickets de vuelta por 40mil rupias (2,80 Euros).

La zona del puerto si que está masificada y hay mucha gente y ruido.

Vuelta a Gili Air

El barco salió a las cuatro de la tarde, pasamos por Gili Meno donde subieron más personas y bajaron otras cuantas.

En 40 minutos aproximadamente estábamos de nuevo en Gili Air, muy contentos después de nuestro divertido recorrido por Gili Trawangan en bicicleta.

Justo a tiempo para la gran fiesta. Tocaba atardecer en el columpio más bonito del mundo mundial.

Atardecer en nuestro columpio de Gili Air

Bajamos en el puerto y fuimos hacia Gili Lumbung, donde habíamos pasado la tarde anterior frente al columpio.

Nos pedimos unos mojitos y nos sentamos en las hamacas a ver el atardecer.

Hoy el atardecer prometía mucho porque no había ninguna nube.

Vimos a los franceses que conocimos días antes en Lombok y nos pidieron que les hiciéramos una foto.

Después de hacerles las suyas, les dimos nuestra cámara y nos hicieron a nosotros.

Y en ese preciso momento se creó la foto mas bonita del mundo mundial con la que empapelaría todas las paredes de la casa.

Y asombrados con ese precioso atardecer no pudimos parar de hacer fotos. Fue increíblemente mágico.

Nota:

Para haceros la foto hay un poco de cola. Cuando fuimos nosotros no había mucha pero sí que habían varias personas.

Es normal, es el sitio más chulo del mundo.

Nuestra villa privada en Gili Air

Atoll Haven

Después del atardecer más mágico y bonito del viaje, y con nervios y ganas de gritar por lo bien que me lo había pasado, fuimos al hotel a por las mochilas ya que nos trasladábamos a nuestra villa privada.

Recogimos las mochilas en Manta Dive y fuimos andando entre callejones hasta la otra parte de la isla, donde estaba la villa privada.

Fuimos con el Gps Maps.me porque si no, hubiera sido muy complicado que llegáramos.

Una vez allí nos esperaban los dueños que eran franceses.

Cuando abrió esas puertas de madera y vi la villa supe que había llegado al paraíso.

Supongo que el dueño estaría acostumbrado porque yo no paraba de gritar y alucinar con todo.

Nada más entrar accedes por una pasarela de madera encima de la piscina iluminada, se abren los ventanales y está la habitación y una zona de terraza donde te sirven el desayuno.

Y el baño increíble…

Al abrir la puerta del baño y dar un paso dentro, metí todo el pie en el agua, si si teníamos un baño con agua en el suelo y baldosas para andar hasta la ducha.

Yo no podía alucinar más…

Llamadme de pueblo, pero yo no había estado en un lugar igual.

Cuando conseguí calmarme, me senté en la terraza y el dueño sacó un dossier, y nos trajeron unos zumos naturales de bienvenida. Yo alucinaba viendo al dueño tan amable explicándonos todo.

Nos contó que había vivido unos años en Australia y después al llegar a Gili, se enamoraron del lugar y crearon el hotel.

¡¡Como me gustan a mí estas historias!!

Nos había dejado un móvil en una cesta para que le llamáramos si necesitábamos algo.

Y una ficha donde teníamos que rellenar el desayuno que queríamos, lo teníamos que dejar en el buzón de la puerta y al día siguiente nos lo dejaban en la terraza a la hora que les indicáramos.

¡¡Alucinante!! ¡¡El paraíso!!

Estuvimos descansando, alucinando con cada rincón, mandando videos a la familia y amigos, nos bañamos en la piscina y después una ducha para salir a cenar.

Recuerdo estar en la piscina mientras oía el mágico sonido de la oración.

Nota:

Este alojamiento, aunque es más caro que el resto, es totalmente recomendable si os queréis dar un capricho porque es alucinante y el precio bastante razonable dado lo que ofrece. Los dueños son muy amables y atentos.

¡¡Estaréis encantados!!

Cena en Scratch

El dueño nos había recomendado varios restaurantes, así que salimos con nuestras linternas hacia la playa.

Nos habían dejado unos frontales para ir a la playa, ya que la villa estaba en un camino escondido y no había luz.

Y allá que fuimos hacia la playa, con nuestras luces en la cabeza partiéndonos el culo.

En menos de 5 minutos, si no te pierdes, llegamos a la orilla de la playa.

Esta parte de Gili Air es una auténtica maravilla. ¡Qué tranquilidad!

Cenamos en Scratch, pescado fresco por 250mil rupias (17,50 Euros).

La cena estaba buenísima y el sitio nos gustó mucho.

Después de cenar volvimos al paraíso, nos bañamos en la piscina un ratito, me encanta bañarme por la noche.

Una ducha y a dormir, después de este día tan fantástico donde habíamos recorrido Gili Trawangan en bicicleta, habíamos visto el atardecer más bonito y habíamos llegado al paraíso.

¿Se podía ser más feliz?

Qué pena que sólo nos quedaba un día completo en Indonesia, pero lo íbamos a aprovechar al máximo haciendo snorkel en Gili Meno.