Martes 24 Junio 2015: Fushimi Inari – Nara – Pontocho – Gion
Un nuevo día en Kioto nos espera.
Hoy teníamos programada la excursión a Nara, pasando antes por Fushimi Inari.
Nos levantamos prontito y compramos desayuno en el supermercado Lawson como todas las mañanas y rumbo a la estación de Kyoto.
Posts de nuestro viaje a Japón:
Viaje a Japón: Preparativos y curiosidades
Día 1y 2: Rumbo a Tokio
Día 3: Tokio. Asakusa – Ueno – Ginza – Palacio imperial -Shibuya
Día 4: Excursión a Nikko – Akihabara Tokio
Día 5: Excursión Kamakura – Omotesando – Takeshita Dori
Día 6: Tokio. Lonja – Meiji Jingu – Takeshita Dori – Shinjuku – Shibuya
Día 7: De Tokio a Kioto – Ginkakuji – Nannenzy – Chion in
Día 8: Kioto: Kiyomizudera – Sannenzaka – Ninnenzaka – Sanjusangendo – Gion y Pontocho
Día 9: Fushimi Inari – Nara – Pontocho – Gion
Día 10: Kioto: Kinkakuji – Rioan Ji – Nina ji – Arashiyama
Día 11: Visita Hiroshima y Día en Miyajima
Día 12: Dirección a Takayama
Día 13: Último día en Takayama y vuelta a Tokio
Día 14: Volando de Japón a Tailandia
Cómo ir a Nara
Hoy teníamos que coger el tren JR con destino a Nara, como teníamos activado el Japan Rail Pass no teníamos que pagar nada.
Para ir a Nara puedes coger el tren rápido que tarda 55 min, pero nosotros cogimos a la ida el tren local para hacer parada en Fushimi Inari.
Cogimos el tren a las 7:12 en la estación de Kioto y llegamos enseguida a la estación de Fushimi Inari.
Teníamos muchas ganas de visitar este templo, que por las fotos que habíamos visto parecía espectacular. Y nada más lejos de la realidad… ¡¡Era realmente espectacular!!
Si no os apetece hacerlo por libre, también podéis contratar la excursión.
Excursión a Fushimi Inari y Nara
Fushimi Inari
El Fushimi Inari es un santuario sintoísta dedicado al espíritu de Inari, situado en la base de una montaña, consta de varios senderos para llegar a otros santuarios más pequeños.
Es especialmente conocido por los miles de toriis rojos que delimitan el camino por la colina en la cual se encuentra situada el santuario. Los torii son donaciones de particulares, familias o compañías.
Este santuario también es conocido porque sale en la película “Memorias de una gheisa”, cuando la protagonista sube corriendo al templo a hacer una ofrenda.
Estuvimos visitando el templo con ese color anaranjado característico de los templos sintoístas. Como era tan temprano apenas había gente y pudimos disfrutar del templo con total tranquilidad.
Una vez vimos el templo comenzamos a subir por el camino de toriis.
Estábamos prácticamente solos y disfrutamos mucho la visita, era un lugar mágico.
Paseando por los pasillos de toriis, con ese silencio y ese lugar tan bonito, nos gustó mucho la experiencia. Es un lugar que no te puedes perder si vas a Kioto.
Son aproximadamente 4 km de camino de toriis, por lo que no teníamos tiempo para subir hasta arriba de la montaña y luego bajar.
Pero sí que es verdad que debe ser una experiencia bonita si se dispone de un día de excursión en Fushimi Inari.
Nosotros teníamos que ir a Nara por lo que estuvimos recorriendo la primera parte, haciéndonos fotos y disfrutando del lugar.
Vuelos
Rumbo a Nara
Una vez ya lo dimos por visto volvimos a la estación de tren para coger de nuevo el tren con dirección a Nara.
Pasaba a las 8:29 y en una hora más o menos llegábamos a nuestro destino.
Nara
Nara es la capital de la prefectura de Nara, ubicada en la región de Kansai, una de las regiones más tradicionales del país.
Además, la ciudad de Nara fue capital de Japón en la era medieval.
Los templos y ruinas de Nara fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, por ello es uno de los destinos turísticos más importante del país.
Desde la estación de Nara se puede ir andando hasta el Parque de Nara, donde se encuentran todos los monumentos y templos.
Nada más bajar de la estación fuimos a la oficina de turismo donde nos dieron un mapa, nos señalaron todos los puntos y nos indicaron el autobús que nos dejaba en el Parque.
Como ya he dicho se podía ir andando, pero decidimos coger el bus que nos quedaba todo el día sin parar.
Nada más bajar en la parada del Parque empezamos a ver a los famosos ciervos de Nara.
Hay que decir que parecen inofensivos pero se ponen un poco pesados, si les das comida no te los quitas de encima.
Templo Kokufuji
Nuestra primera visita fue el templo Kokufuji, este templo se traslado aquí desde Kioto en 710 como templo principal de la familia Fujiwara.
Antiguamente constaba de 175 edificios pero debido a incendios y diversas guerras por el poder, solo se conservan doce. Hay dos pagodas, la más alta de ellas es la segunda de Japón en altura, después de la Toji en Kioto.
Estuvimos dando una vuelta por el complejo entrando en todos sus edificios, la verdad es que el templo nos gustó mucho y la pagoda es impresionante, uno de las más grandes de Japón.
En este complejo también habían muchos ciervos que se entretenían con la comida que les daban los turistas.
Más de uno se veía acorralado por los ciervos sin escapatoria…. qué miedito 😉
Andrés y los ciervos
Una vez visto todo el complejo seguimos hacia delante en dirección al templo Todaiji.
Por el parque Andrés compró galletas para ciervos y se puso a alimentarlos.
Fue divertido ver cómo se arrimaban todos a él.
De camino al templo preguntamos a dos señores para cerciorarnos que íbamos en dirección correcta.
Los dos hombres mayores no sabían hablar inglés, pero no pasaba nada, nos acompañaron andando hasta la entrada del templo.
¿Pueden ser más amables los japoneses? ¡¡Alucino!!
Cuando llegas al recinto del templo también está lleno de ciervos, la verdad es que le dan un toque más especial aún a Nara.
Seguros
Templo Todaiji
Todaiji fue construido en 752 como el templo central de todos templos budistas de Japón.
En el templo Todaiji podemos visitar la estatua de Buda de bronce más grande del país con 16.2 metros. Además, estamos hablando del edificio de madera más grande del mundo, y eso que la reconstrucción actual es solo dos tercios del tamaño del templo en sus orígenes.
Nada más entrar nos encontramos la impresionante puerta Naimandon con dos guardianes en ambos lados. Esculturas talladas en madera realmente impresionantes.
Sigues caminando por el recinto entre campo y ciervos y te encuentras con la puerta de entrada al templo.
La entrada nos cuesta 500 yenes por persona (aprox. 3,50 euros)
Una vez entras y ves el templo… ¡¡Alucinas!!
Tengo que decir que es el más impresionante que he visto en todo el viaje.
Es una estructura de madera enorme, la más grande del mundo.
En la foto no se aprecia realmente lo que ves en directo, suena a tópico lo sé, pero de verdad es alucinante.
Gran Buda de Nara
Una vez entras y ves el Buda, ya acabas de alucinar.
El Buda de bronce más grande de Japón… ¡¡Es una pasada!! 16,2 metros de Buda.
Es la excursión que más nos ha gustado. ¡¡Y el templo es alucinante!!
Estuvimos dando una vuelta por el templo, viendo el gran Buda y las demás esculturas de madera también impresionantes y una maqueta de lo que era el templo original.
En su origen era más grande, ahora era un tercio del original. ¡¡No me puedo ni imaginar cómo sería!!
Y llegamos al famoso pilar, una cavidad que tiene las mismas dimensiones que los orificios de la nariz del Budha.
Dice la leyenda que el que lo consigue atravesar es bendecido con el don de la iluminación.
Había colas de niños que lo atravesaban, nosotros no quisimos intentarlo por si acaso nos quedábamos atascados 😉
Santuario Kasuga Taisha
Una vez ya dimos por visto el templo Todaiji nos dirigimos al santuario Kasuga Taisha.
Se trata de un santuario shinto fundado en el año 768. Su interior es famoso por sus linternas de bronce y piedra que iluminan el santuario.
El camino a Kasuga Taisha atraviesa el Parque donde nuevamente manadas de ciervos pastan libremente.
Miles de linternas de piedra se alinean a los lados del camino.
La verdad es que el camino hacia el santuario es realmente bonito y agradable, en la sombra y lleno de farolillos.
Se agradecía la sombra, porque hacía un calor…
Una vez llegamos al santuario, lo vimos un poco por fuera pero decidimos no entrar ya que ya habíamos visto varios santuarios shinto del color anaranjado característico.
Así que dimos una vuelta por el santuario y volvimos por el mismo camino de linternas.
Comida en Nara
Cogimos el bus de vuelta y paramos en la estación porque a la ida habíamos visto un cartel de McDonalds.
Teníamos mucha hambre y queríamos ir a por comida segura. Nada de cartas con dibujos o escaparates con comida de goma.
El Mc Donalds nos costó 1300 yenes los dos (aprox. 9,20 euros)
Os dejamos todas las visitas y excursiones desde Kioto por si preferís contratarlas y no hacerlas por libre.
Vuelta a Kioto
Una vez comimos, cogimos el bus hacia la estación de JR y allí cogimos el tren JR Rapid hacia Kioto, que tarda alrededor de 55min.
Al llegar a la estación de Kioto, fuimos a la oficina de JR para reservar nuestros billetes a Miyajima, Takayama y vuelta a Tokio.
¡¡Ya teníamos todos los viajes reservados!! ¡¡Efectividad nipona oigan!!
Cogimos los pases diarios del bus y nos fuimos a conocer la zona de Pontocho y Gion más en profundidad.
Barrio de Gion
Lo primero que vimos es el Yasaka Shrine, santuario sintoísta preferido por las gheisas.
Paseamos por la calle comercial de Gion Shijo Dori, con infinidad de tiendas y donde se encuentra el famoso teatro de Kabuki.
Cruzamos por el puente atravesando el río Kamo y contemplando las terrazas que daban al río, donde la noche anterior habíamos estado cenando.
Pontocho
Y llegamos al famoso callejón de Pontocho.
Pontocho es uno de los cinco distritos de gheisas en la ciudad de Kioto. Como sucede en Hanamachi en Gion, Pontocho se caracteriza por la arquitectura tradicional de sus casas.
Está formado por una única calle estrecha y peatonal paralela al río Kamo, desde la calle Shijō hasta la calle Sanjō.
El callejón es realmente bonito, a mí me gustó mucho.
Nada más entrar vimos una gheisa, bueno era realmente una maiko o aprendiz de gheisa.
Seguimos caminando por la calle comercial Kawaramachi dori y entramos en algunas tiendas, entre ellas Zara, es inevitable 😉
Mercado Nishiki
Llegamos al mercado Nishiki, una de las calles comerciales más antiguas de la ciudad.
Una galería cubierta con 126 tiendas concentradas en tan sólo 400 metros.
Este mercado también denominado «La Cocina de Kioto» es el lugar ideal para comprar todo tipo de alimentos y comida para llevar.
Sería interesante visitarlo con un japonés para que te indicara qué es cada cosa, porque es realmente difícil.
La visita al mercado nos gustó mucho, es realmente curiosa y es un mercado muy cuidado.
Vimos todo tipo de alimentos, comida y bebida.
Y dentro del mercado un templo con siglos de antigüedad.
Barrio de Gion
Cruzamos de nuevo el puente para dar una vueltecita por el barrio de Gion.
Llevábamos la guía Lonely Planet para seguir un poco el recorrido, aunque vuelvo a decir que los mapas en Japón no sirven de mucho.
Estuvimos por la zona del riachuelo Shirakawa, una zona realmente bonita y donde podíamos ver el Japón tradicional, que tanto me gustaba.
Hoteles
Hanamikoji en Gion
El barrio de geishas de Gion, en Kioto, es uno de los barrios de geishas más conocidos de todo Japón.
Una vez estuvimos andando por esa bonita zona del barrio de Gion, cruzamos la calle Shijo Dori para volver a la famosa calle Hanamikoji, una de las calles más famosas de Gion.
Entre los edificios de la calle hay una gran cantidad de ochaya (casas de té) y okiya (casas de maikos y geishas) tanto en Hanamikoji como en las calles adyacentes.
Gheisas en Gion
Eran las 17:30 de la tarde y nos quedamos un buen rato a ver el ambiente y el gran movimiento de la calle.
Salían gheisas y maikos de las casas de té o de sus casas para ir a su espectáculo.
Y no paraban de venir coches de lujo con personas que entraban en las casas de té.
La verdad es que es una cosa muy curiosa.
A mí realmente me gustó mucho poder presenciar ese movimiento en la calle, gheisas y maikos, tradición y cultura japonesa con siglos de historia.
Las maikos son las aprendices de gheisa son más jóvenes y suelen tener más adornos en el pelo.
Una vez ya superas el proceso de aprendiz te conviertes en gheisa.
Cena en Pontocho
Después de nuestro paseo por el barrio de Gion volvimos a Pontocho y nos sentamos en una terraza a tomarnos unos gin tonics antes de cenar. ¡¡Nos lo merecíamos!!
Reservamos en un italiano en el mismo Pontocho. Como echábamos de menos nuestra comida, un italiano nos vendría bien.
¡¡Y así fue!! ¡¡Cenamos muy bien!! Y más barato que la noche anterior sobre 40 euros y también con vistas al río.
Una vez acabamos de cenar dimos una vuelta por el barrio que realmente tenía mucho ambiente y vimos dos maikos que se iban hacia casa.
Vuelta al hotel
Cogimos el bus de vuelta al hotel porque estábamos agotados.
¡¡A dormir!! Mañana nos espera nuestro último día en Kyoto.
Excursiones
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Esperamos que el post os haya servido de ayuda para planificar vuestro viaje.
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Muchas gracias por leernos,
Majo
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