Sábado 28 Junio 2014: Último día en Takayama y vuelta a Tokio

Nos levantamos en Takayama con ganas de disfrutar la ciudad, pero con penita porque hoy era nuestro última día en Japón.

Desayuno en el hotel

Ryokan Yamakyu

Desayunamos en el hotel antes de comenzar el día.

El único fallo era que el desayuno era japonés y a mí para desayunar no me apetecía nada sushi y hojas verdes.

Me apetecía una tostada con mantequilla. Pero como no había, me comí el croissant que era lo único occidental que yo veía en la mesa.

Aldea Hida No Sato

Bajamos a la estación donde habíamos quedado con José Alberto y Lorena.

Al final decidimos no ir a Shirakawago y estar tranquilos en Takayama.

Por lo que compramos los tickets del bus a Hida no Sato que estaba a 10 minutos de Takayama. Donde habíamos estado el día anterior con las bicis.

Por unos 1000 yenes (aprox 7 euros) por persona teníamos el billete de bus ida y vuelta y la entrada a la aldea.

La visita de la aldea nos gustó mucho. Pudimos pasear entre las casas antiguas y ver cómo vivían en el campo en otra época.

La verdad es que la visita merece la pena.

Me hubiera gustado ir Shirakawa-go que es mucho más impresionante, pero bueno nos quedamos con Hida no Sato que también nos gustó mucho.

Ya tenemos una excusa para volver a Japón 😉

Centro de Takayama

Después de estar allí contemplando la aldea, entrando en todas las casas museo y viendo todas las curiosidades de la vida en el campo, decidimos bajar en bus otra vez a la ciudad.

Estuvimos dando una vuelta por el centro contemplando sus preciosas casas de madera.

Fue un día relajado, de pasear y escuchar las anécdotas de Jose Alberto y Lorena en sus tres años de estancia en Japón.

Además de poner en común los comportamientos y curiosidades que habíamos observado a lo largo del viaje.

Me pareció muy interesante poder compartir con ellos todas las cosas que habíamos vivido en el viaje, porque quién mejor que ellos para contarnos sus experiencias en este país.

Comida en Maruachi

Después de dar una vuelta por el centro y las calles comerciales, decidimos ir en busca del famoso restaurante Maruachi, tan recomendado en blogs y foros.

Donde te cocinas la ternera de hida tu mismo en los fogones de las mesas.

Tras hacer varias preguntas a los locales llegamos al lugar.

He de decir que comimos genial.

La ternera estaba muy buena, se deshacía en la boca. La mejor carne que he probado en mi vida ha sido en Japón.

Quedamos muy contentos con la comida.

Además el precio, 40 euros los dos, estaba genial y comimos una carne buenísima, con buena cantidad.

Últimas horas en Takayama

Después de comer, nos fuimos a una cafetería a tomar algo y seguir charlando.

Allí una dependienta muy maja nos regaló unos papelitos con nuestros nombres en el alfabeto kanji.

Hay tres alfabetos en el lenguaje japonés, el hiragana, el katakana y el kanji. El kanji de origen chino era el más complicado.

Lorena estaba dando clases de japonés y era alucinante verla hablar. No creo que en la vida fuera capaz de aprender ese idioma.

Estas dos semanas viendo palabras en japonés con esos símbolos han sido de lo más extraño.

Y llegó la hora de marchar. Nos fuimos los cuatro hacia el ryokan y recogimos las maletas.

La dueña del ryokan nos regaló la foto que nos hizo el día anterior con una postal del hotel de recuerdo. Pero qué mona y cómo me gustan estos detalles.

El chico del ryokan nos llevó a los cuatro a la estación y allí nos despedimos de José Alberto y Lorena.

¡¡Sin duda, todo un placer poder compartir este medio día con vosotros!! ¡¡Esperamos vernos pronto en España!!

Vuelta a Tokio

Nuestro tren salía de Takayama a las 16:44 y llegaba a Nagoya a las 19:03.

En Nagoya cogíamos el tren hacia Tokio que salía a las 19:27 y llegaba a Tokio a las 21:10.

Todos los trayectos estaban incluidos en nuestro Japan Rail Pass y los reservamos en la oficina JR de Kioto para tenerlo todo bien controlado.

Noche en Narita

Una vez en la estación de Tokio cogimos el tren Narita Express que nos llevaba a Narita, donde teníamos el hotel para dormir esa noche y coger el vuelo a Bangkok al día siguiente.

Llegamos a la estación de Narita y el hotel estaba muy cerquita, justo enfrente de la estación.

Subimos a la habitación y ahí nos encontramos nuestra maleta, que habíamos enviado por mensajería desde el hotel de Kioto.

¡¡Son muy grandes estos japoneses!!

Bajamos a cenar al Mc Donalds que estábamos hambrientos. Duchita y a dormir.

Última noche en Japón y mañana comenzamos la segunda parte del viaje en Tailandia.

Sin duda siempre recordaremos este viaje a Japón. Nos ha encantado este país. No pudimos elegir mejor destino para nuestra luna de miel.

Podéis consultar los preparativos y conclusiones sobre el viaje en el post de preparativos.

¡¡Hasta siempre Japón!!